lunes, 14 de marzo de 2016

Pocos espacios para ser diferentes.

Es una realidad incontestable que cada persona es un mundo que, en el interior de otro mundo, nuestra sociedad, se expresa si hay espacio para ello.  En esta última reunión de Idéame, Jesús, comenta que somos como barcos navegando en un mar de incertidumbre. Que nuestros pensamientos y sentimientos también se dejan arrastrar a la deriva por estas corrientes del azar que nos llevan a encontrarnos con otros mundos, con otros pensamientos, con otras personas. Para Laura y María, el encuentro social en el entorno escolar, de amistades e incluso familiar, dificulta en muchas ocasiones el poder disfrutar expresando los pensamientos, inquietudes, intereses que surgen del mundo íntimo y personal que tenemos cada uno. Y lo dificulta porque hay poco espacio para ser diferente en el contexto real del encuentro cotidiano. Tanto el mundo de los niños, adolescentes como el de los adultos,  la seguridad del disfrute de intereses comunes (el fútbol, los videojuegos, los problemas del trabajo, el cotilleo,...) monopoliza el espacio donde se expresa el mundo personal... 


Por ello, todos coincidimos en que Idéame es un hábitat que debemos proteger, como refugio de estos pensamientos, ideas e intereses enriquecedores, insustituibles, pero frecuentemente ocultos por la dificultad de expresarse en un mundo en blanco y negro.