"Respirar es entrar en
tiendas. Vivir es visitarlas. Bucear en la multitud. Chocar con la
gente caminando en todas direcciones. Gritar para escuchar. En el
tumulto, el Homo ocioso se reencuentra con su sino, el ocio.
Conversaciones huecas frente a escaparates. Caminar es comprar.
Consumir imágenes. El monolito de la gran superficie se erige
majestuoso en aquel lugar que antes era campo. Tierra cultivada. Como
un hormiguero, los coches vienen y van. Incluso las librerías
despiertan el ocio. El Homo ruidoso consume ruido. En los pasillos
del gran centro comercial no hay oxígeno para la trascendencia, la
reflexión, el pensamiento, el conocimiento. Nuestras agendas están
saturadas de estrés. De velocidad. Nuestras vidas se transforman
poco a poco en un escaparate de ocio. Los bancos asientan rutina.
Vidas desgastadas y rancias. El gran supermercado es un desierto
para el caminante perplejo. No hay agua. No hay vida. Sólo
espectros. Los espectros del ocio y el entretenimiento."
Nos proponemos "pintar con palabras" la realidad que nos rodea. Los seres humanos y sus ciudades, a medida que le damos la espalda a la Naturaleza, estamos olvidando nuestra propia naturaleza.