Reflexionamos sobre la plataforma virtual Second Life. Jesús Lagares expone información sobre este espacio donde conviven, desde hace años, avatares que simulan vidas. Personajes inventados con características al antojo de los internautas, que juegan a vivir virtualmente experiencias a través de las pantallas. Comenta José Luís que, ya en el año 2005, el espacio ocupado por las parcelas virtuales registradas por todos los usuarios de Second Life, ocupaban lo mismo que todo el territorio de Australia. Un espacio virtual al que no le faltan empresas, ciudades, o dinero propio. Pero, sobre todo, reflexionamos sobre las implicaciones que puede tener "exportar" a Second Life todo lo bueno y malo que nace de la psique humana, sobre todo, porque la vida real no es un juego, y tampoco debiera concebirse como tal, un mundo virtual donde se pretende que se "juegue" a vivir un yo en el que proyectar los anhelos, pero también los miedos, en un encuentro artificial controlado desde el otro lado de las pantallas.
